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Versión en Español abajo
It's Saturday, or rather it's Caturday. It's a weekend day, and a day of the week dedicated to feline pets. Personally, my day started a little before dawn. It's not that I had to get up early for work, it's that I felt something on my legs in the early morning and woke up.
Well, it was the Amarillo cat (Yellow in English) who had climbed onto my legs in bed and settled down to sleep there. This
#cat is a ball of cuteness with legs, and he tends to be very attached to my brother and me too.
He is originally a stray cat who came home, accompanying another
#straycat who used to come to the window of the house and eat what my brother gave them. These cats became regulars at the house, and Yellow definitely stayed as the resident cat.
He has grown a little since he came home, and I'm glad that despite that, his sweet character hasn't changed much.
By the way, waking up in the morning reminded me of a horror joke I later told my brother. It's a short story that goes something like a man is lying in his bed and a hand from behind him touches his shoulder and tells him it's time to wake up, but he says he has a day off and can sleep more. He immediately opens his eyes wide and jumps out of bed to run out of the room, because he remembered that he lives alone. And the empty bed is the only thing he sees behind him.
Well, at home (which is a bit of an old house) we have seen strange things happen, and we have become accustomed to not paying much attention to situations that may seem a bit strange. At most, we take the situation with the idea that as long as they don't bother us too much we won't bother whatever is causing those strange things.
Although it seems that our pets have a little more trouble accepting the idea of not paying attention to some strange things they see at home occasionally. I suppose that, in the long run, they will also get used to it.
I am saying goodbye now, hoping that you are well and that we can meet again another time.
English version above
Es sábado, o más bien es
#Caturday. Es un día de fin de semana, y un día de la semana dedicado a las mascotas felinas. En lo personal, mi día comenzó un poco antes del amanecer. No es que tuviera que madrugar para cuestiones de trabajo, es que sentí algo en mis piernas en la madrugada y me desperté.
Bien, era el gato Amarillo que se había subido a mis piernas en la cama y se había acomodado para dormir allí. Este gato es una bola de ternura con patas, y suele ser muy apegado a mi hermano y a mí también.
En origen es un gato callejero que llegó a casa, acompañando a otro
#gato callejero que solía acercarse a la ventana de la casa y comer de lo que mi hermano les daba. Estos gatos se volvieron asiduos a la casa, y Amarillo se quedó definitivamente como gato residente.
Ha crecido un poco desde que llegó a casa, y me alegra que a pesar de eso su carácter dulce no ha cambiado mucho.
Por cierto, eso de despertarme en la mañana me hizo recordar un chiste de terror que le comenté luego a mi hermano. Se trata de una historia corta que dice algo como que un hombre está acostado en su cama y una mano desde detrás de él le toca el hombro y le dice que ya es hora de despertar, pero él dice que tiene día libre y puede dormir más. De inmediato abre mucho los ojos y salta de la cama para correr fuera del cuarto, pues recordó que él vive solo. Y la cama vacía es lo único que se observa atrás.
Bueno, en casa (que es una casa un poco vieja) hemos visto pasar cosas raras y nos hemos acostumbrado a no hacer mucho caso a situaciones que pueden parecer un poco extrañas. Como mucho nos tomamos la situación con la idea de que mientras no nos molesten demasiado no molestaremos a lo que sea que esté provocando esas cosas raras.
Aunque parece que a nuestras mascotas les cuesta un poco más aceptar la idea de no hacer caso de algunas cosas raras que ven en casa ocasionalmente. Supongo que, a la larga, también se acostumbraran.
Ya me despido, deseándote que tú estés bien y que nos podamos leer de nuevo en otra oportunidad.