La acera de enfrente / The front sidewalk
Hacía un sol inclemente, eran aproximadamente las once de la mañana del miércoles. Ella lucía una camisa roja de mangas largas, un blue jean y destacaba por su gran vocación. Se asombró al ver aquellas instalaciones que a su mirada parecían formidables. Intercambió apenas frases con el portero mientras el hombre le permitió el acceso a aquel mundo, luego se dirigió a la dirección del plantel. Allí la recibió un señor muy elegante al que solo le faltaba la corbata para parecer el juez de un tribunal. Ella con un tono suave se presentó como la nueva profesora de química asignada por la Zona Educativa, en tanto él comunicó que era el director, le dijo que la estaba esperando ya que les faltaba una profesora guía para cuatro año.
Al escuchar estas palabras, la docente pensaba: “¿Cómo será ese grupo de estudiantes?” y, sin quererlo, empezó a preocuparse puesto que no tenía ni la más mínima idea del cargo que desempeñaría. En la oficina también estaba una señora muy estilizada, de pelo amarillo y con los labios especialmente rojos. El director le indicó que ella era la subdirectora académica. De inmediato, a la nueva docente le dieron su horario y un recorrido por las instalaciones, señalándole cuál era su salón.
Ella ahora caminaba acompañada por la subdirectora, pero su pensamiento se había quedado allá: en la dirección, cuando volvió en sí, logro preguntar: “¿Cuáles serán mis funciones?” La respuesta fue muy vaga y quedó con más dudas de las que ya tenía. Antes de marcharse le surgió otra pregunta: “¿Empiezo el lunes?”, a lo cual le respondieron: “No, profe., usted se incorpora mañana”. Esas fueron las últimas palabras que escuchó, antes de dirigirse a la salida, desconcertada y hasta aturdida, no podía creer que mañana tenía que encontrarse con los estudiantes, sin planificación, con un lapso a medio transitar. Con un gesto automático se despidió del portero y tomó un bus al centro de la ciudad.
Hearing these words, the teacher thought: "What will that group of students be like?" and, unwittingly, he began to worry since he had not the slightest idea of the position he would hold. In the office there was also a very stylized lady, with yellow hair and especially red lips. The director indicated that she was the academic deputy director. Immediately, the new teacher was given her schedule and a tour of the facilities, pointing out which room was hers.
She was now walking accompanied by the deputy director, but her thoughts had remained there: in the direction, when she came to, she managed to ask: "What will my duties be?" The answer was very vague and he was left with more doubts than he already had. Before leaving, another question arose: “Shall I start on Monday?”, to which they replied: “No, teacher, you will join tomorrow”. Those were the last words she heard, before heading to the exit, disconcerted and even dazed, she couldn't believe that tomorrow she had to meet the students, without planning, with a half-way through. With an automatic gesture he said goodbye to the doorman and took a bus to the center of the city.
La ansiedad se apoderó de su cuerpo y empezó a sentir mariposas que no paraban de revolotear en su estómago. Muchas ideas elucubraba su cerebro, pensaba en la reacción de los educandos. Hacía ya un tiempo que no se dedicaba a la docencia y los nervios estaban vivos como si fuera la primera vez. El tiempo avanzó, la noche y el descanso no llegaron juntos, dio muchas vueltas en la cama sin conciliar el sueño, a cada rato buscaba su teléfono para ver la hora.
En la mañana, la profesora tenía varias estrategias para abordar a los grupos estudiantiles, le asignaron ocho secciones de cuarto año porque debía pagar su noviciado, pero tenía su mayor preocupación en la sección de la cual era guía. Se sentía perdida, hostigada, como un conejillo de indias enviado a una selva de concreto.
Después de entonar el Himno Nacional, cada docente se dirigió a sus aulas correspondientes con su grupo. Los chicos de cuarto año, sección “A”, entraron al salón y se quedaron sorprendidos al ver a la nueva profesora. Eran adolescentes intranquilos, paseaban por el salón, no querían sentarse y conversaban entre ellos menospreciando la presencia de la educadora. El recinto era un caos, pupitres y mesas moviéndose provocando un ruido insoportable. Lo que ella había ideado previamente no le sirvió de nada, la planificación de las actividades se desvaneció en su mente.
Anxiety took over her body and she began to feel butterflies that did not stop fluttering in her stomach. Many ideas elucubrated his brain, he thought about the reaction of the students. It had been a while since he had been teaching and the nerves were alive as if it were the first time. Time progressed, the night and rest did not come together, he tossed and turned in bed many times without falling asleep, every so often he looked for his phone to see the time.
In the morning, the teacher had several strategies to approach the student groups, she was assigned eight sections of the fourth year because she had to pay for her novitiate, but her greatest concern was in the section of which she was a guide. She felt lost, harassed, like a guinea pig sent into a concrete jungle.
After singing the National Anthem, each teacher went to their corresponding classrooms with their group. The fourth year boys, section "A", entered the room and were surprised to see the new teacher. They were restless adolescents, they walked around the room, they did not want to sit down and they talked among themselves, despising the presence of the educator. The room was in chaos, desks and tables moving causing an unbearable noise. What she had previously devised did not help her at all, the planning of the activities faded in her mind.
A la educadora le palpitaba el corazón aceleradamente y como pudo- con mucho esfuerzo y levantando la voz- logró que se sentaran para así presentarse como su profesora guía. Entre cuchicheos se entendía: “Otra más, esta no va a aguantar”, “Usted es la cuarta profesora guía que hemos tenido, nadie nos soporta”. Con esa confesión, hubo un minuto de silencio, luego, les dijo: “Conmigo será diferente, yo no me iré”. Un educando se levantó de su asiento y manifestó: “Eso lo dirá el tiempo, a nosotros nadie nos quiere porque somos terribles. Somos la peor sección del liceo”.
Ella volvió a respirar profundo, su preocupación aumentaba. De inmediato, la algarabía volvió, no había orden ni autoridad a la cual respetaran. Una vez que logró salir de aquel encuentro estaba aturdida y cansada de decir tantas veces: “Siéntate”, “Hagan silencio”, “Presten atención”, “Respeten”. Pensó si realmente valdría la pena y que ese comportamiento era producto de la sociedad tan desvirtuada que tenemos. Una idea voraz y destructiva se coló en sus sienes: "¡Dios!, si aquí está el futuro de nuestro país, realmente estamos perdidos. Es posible que de aquí salga el nuevo presidente" Se palmeó abruptamente la cabeza para despejar esa calamidad, esa primera impresión la llenó de desesperanza.
Tras culminar su horario de clases, se sentó en la sala de profesores, recuerdos vagos y lejanos la invadieron, avivó aquellos momentos en los que ella como estudiante fue un dolor de cabeza para sus docentes: intranquila, habladora e, incluso, chistosa, se aliaba con los más desordenados para plantear una broma de la clase. Y, entonces, comprendió que afrontaba otra época desde la acera de enfrente.
The educator's heart was beating fast and as best she could - with a lot of effort and raising her voice - she managed to get them to sit down so she could introduce herself as their guide teacher. Between whispers it was understood: "Another one, this one will not last", "You are the fourth guide teacher we have had, nobody supports us". With that confession, there was a minute of silence, then he told them: "It will be different with me, I will not go." A student got up from his seat and said: “Time will tell, no one loves us because we are terrible. We are the worst section of the school.”
She took another deep breath, her concern mounting. Immediately, the hubbub returned, there was no order or authority to which they respected. Once she managed to get out of that encounter, she was stunned and tired of saying so many times: “Sit down”, “Be quiet”, “Pay attention”, “Respect”. He thought if it would really be worth it and that such behavior was the product of the distorted society that we have. A voracious and destructive idea crept into his temples: "God! If the future of our country lies here, we really are lost. It is possible that the new president will come from here" He abruptly patted his head to clear that calamity, that The first impression filled her with despair.
After finishing her class schedule, she sat in the teachers' room, vague and distant memories invaded her, revived those moments in which she as a student was a headache for her teachers: restless, talkative and even funny, she he allied himself with the most disorderly to pose a class joke. And, then, he understood that he was facing another era from the opposite sidewalk.
A partir de allí decidió aplicar una metodología distinta. Aprendió los nombres y las historias que había detrás de cada uno de sus estudiantes, se puso a la moda en cuanto a canciones, deportes, tecnología, noticias y actualidad juvenil. Tras explicar la clase programada, desarrollaba temas particulares, de interés para ellos: delincuencia, embarazo, pobreza, sexualidad, violencia, drogadicción, problemas en el hogar, hambre, empleo, haciendo énfasis en la etapa adolescente. Inclusive, seguía en contacto con sus educandos a través de las diversas redes sociales. Su iniciativa resultó alentadora, la sección problemática y desatendida comenzó a cambiar.
Y así fue pasando el tiempo, aquella docente ayudó a la formación de esos adolescentes, logró que fueran bachilleres y nunca la olvidaron, la amaron y ella aprendió -con mucha práctica- a comprenderlos, a descubrir que aquel desorden era en realidad una máscara para intentar ocultar la ausencia de amor y el interés por parte de sus familias y de la sociedad.
And so time went by, that teacher helped train these teenagers, she managed to get them to graduate from high school and they never forgot her, they loved her and she learned -with a lot of practice- to understand them, to discover that disorder was actually a mask for try to hide the absence of love and concern from their families and society.