Pasar tiempo con mis hijos siempre ha sido una de mis prioridades, y cada vez que puedo me invento algo especial o diferente para hacer con ellos en casa, como noches de juegos de mesa, tardes de té, pijamadas, competencias de esas locas que organiza mi hija, y pare de contar.
La idea es compartir juntos, y pasar tiempo de calidad, y unos días previos al 24 de diciembre, surgió la oportunidad perfecta de hacer algo especial con mi niña Miranda, y es que estando de compras en una tienda de los chinos, donde venden de todo un poco, vi unas mascarillas faciales, y se me ocurrió tener un día de spa con Miranda
Compré dos mascarillas que la verdad dudo que sean muy buenas por el lugar donde las compré y el precio, pero eso era lo de menos, lo que quería era la excusa perfecta para jugar con Miranda y hacerla sentir especial, así que llegué, le comenté mi idea del spa en casa, y por supuesto, ella feliz.
Le dije que nos haríamos pedicura, manicura y que nos pondríamos mascarillas, y se activó de inmediato en buscar lo que necesitábamos para que la mañana del 24 nos fuésemos al spa.
Buscamos todo lo que íbamos a necesitar, y lo organizamos, de manera de tener todo a la mano. Ella estaba tan feliz y entusiasmada que me transmitió su entusiasmo y ya quería que llegara el otro día para tener nuestro día de spa.
El 24 por fin llegó y después de desayunar, sacamos todo lo que íbamos a necesitar y comenzamos con la pedicura. Llenamos el spa pies como le dice ella, le pusimos burbujas y comenzamos con Miranda.
Limpiamos y recortamos las uñas, exfoliamos los pies y los hidratamos, y al terminar con Miranda, llegó mi turno y ella se encargó de hacer algunas cosas, como poner el exfoliante y pasar el cepillo por las uñas, y la verdad que estaba feliz.
Cuando terminamos con los pies, pasamos a las manos. Solo recortamos, limamos las uñas e hidratamos, para luego comenzar a pintar las uñas.
Para las uñas de las manos escogimos colores neón, ella naranja y yo fucsia, y para los pies, ella quiso negro, lo que me pareció genial, y también las pinté de negro y nos quedaron súper lindas.
Después de las uñas había llegado el turno de las mascarillas, que era lo que ella estaba esperando, así que nos recogimos el cabello y nos pusimos nuestras mascarillas.
Una de patilla para ella y otra de ácido hialurónico para mí, y si les soy sincera, yo jamás había usado ese tipo de mascarillas, así que nos reímos bastante cuando nos tomamos las fotografías y nos vimos... parecíamos unas momias. Pero unas momias felices.
Cuando pasaron los 20 minutos que es el tiempo de espera con la mascarilla, las retiramos, nos lavamos las caras, y dimos fin a nuestro día de spa. Ya estábamos listas, bellas y hermosas para ponernos a cocinar (risas), porque teníamos que6 preparar todo para la cena de noche buena, pero sin dudas pasamos una mañana muy divertida compartiendo tiempo de calidad.
Y la verdad es que ambas disfrutamos mucho de ese día especial, en el que Miranda y mamá se fueron al spa en casa.
Spending time with my children has always been one of my priorities, and every time I can I invent something special or different to do with them at home, such as board game nights, tea afternoons, sleepovers, those crazy competitions that my daughter organizes, and so on.
The idea is to share together, and spend quality time, and a few days before December 24th, the perfect opportunity to do something special with my little girl Miranda came up, and while shopping in a Chinese store, where they sell a little bit of everything, I saw some facial masks, and I thought of having a spa day with Miranda
I bought two face masks that I really doubt they are very good because of the place where I bought them and the price, but that was the least of it, what I wanted was the perfect excuse to play with Miranda and make her feel special, so I arrived, told her about my idea of the spa at home, and of course, she was happy.
I told her we were getting pedicures, manicures and face masks, and she was immediately on the move to find what we needed for the morning of the 24th to go to the spa.
We looked for everything we were going to need, and organized it, so that we had everything on hand.She was so happy and excited that she conveyed her enthusiasm to me and already wanted the other day to come so we could have our spa day.
The 24th finally arrived and after breakfast, we got out everything we were going to need and started with the pedicure. We filled the foot spa as she calls it, put bubbles in it and started with Miranda.
We cleaned and trimmed the nails, exfoliated the feet and moisturized them, and when we finished with Miranda, it was my turn and she was in charge of doing some things, like putting the scrub and passing the brush over the nails, and the truth was that she was happy.
When we were done with the feet, we moved on to the hands. We just trimmed, filed the nails and moisturized, and then we started painting the nails.
For the fingernails we chose neon colors, she chose orange and I chose fuchsia, and for the feet, she wanted black, which I thought was great, and I also painted them black and they looked super cute.
After the nails it was time for the masks, which was what she was waiting for, so we put our hair up and put on our masks.
One of sideburn for her and another of hyaluronic acid for me, and if I'm honest, I had never used that kind of masks, so we laughed a lot when we took the pictures and we looked like mummies. But happy mummies.
When the 20 minutes of waiting time with the mask passed, we removed them, washed our faces, and ended our spa day. We were ready, beautiful and beautiful to start cooking (laughs), because we had to prepare everything for the Christmas Eve dinner, but without a doubt we spent a very fun morning sharing quality time.
And the truth is that we both really enjoyed that special day, when Miranda and mom went to the spa at home.