No se imaginan el delicioso olor que traspasa la pantalla al mirar la provocativa imagen que nos ha dejado el profesor @lanzjoseg de tarea. Vamos a contar una historia que se relacione con la fotografía por el aportada.
Así que invito a mis amigos reposteros y escritores a contarnos una buena historia basada en la imagen aportada por el profesor en el Concurso. Observa Piensa Escribe. Los invitamos @edwing357 @mercmarg @eliezerfloyd @davidpena21 @yole @robotgirl2024 @purrix @numa26.
Cuenta una historia de la que no me quiero acordar, de la confusión más extraña que le haya podido ocurrir a la prima Angelita. Ella una hábil repostera y cuidadora de 100 gatos. Si era la prima con más gatos en la cuadra, seguramente era conocida como la vecina loca de los gatos. Todo el mundo tiene un pariente así.
Pero no se preocupen que los gatos no se comieron la torta. Se imaginan esa peludas criaturas tratando de comerse una torta recién salida del horno, se lastimarían mucho.
La confusión viene de más atrás. Ella como buena escorpiana sabía que debía proteger la torta no solo de los gatos, sino de su inquilino el loco. Si también tenía un inquilino un poco despistado, ustedes saben una maestra viuda con una sola hija y mil gatos tenía que redondearse el sueldo. Y ustedes dirán ahora son mil gatos, cuando aumentaron.
Nunca llegamos a contárselos, pero en una ocasión que me llamo para pedirme ayuda porque su cocina tenia una fuga de gas, le lleve mi técnico y mientras el estuvo trabajando en la cocina debí bajar del mueble no menos de 10 gatos. Los demás merodeaban por allí sin acercarse. Más una camada de pequeños que le dejaron en su puerta la semana pasada.
Después de la reparación, lo cuál hizo muy bien en avisarme porque corría riesgo de explosión con todo y gatitos. Se empeño en que esperáramos unos minutos para ver si todo estaba bien, metió una torta y otro pastel, mientras nos servia café y con los gatos encima.
Aquellos olores ya comenzaron a opacar a los de gatos. Así que seguíamos esperando pacientemente y comprobando que todo estaba bien y la prima con sus gatos no corría peligro.
Su inquilino estaba de cumpleaños y estaba ya cercana la hora de que regresara de su trabajo. Cuando llego mi prima le dijo que tendría en la ventana una sorpresa.
Por supuesto al estar listo coloco los dos pasteles en cada ventana para que se enfriaran.
No, no fueron los gatos de la casa, fueron dos perros los que asaltaron los envases y antes de que pudiésemos agarrarlos se llevaron uno que todavía estaba tibio. Así que ¿cuál torta se llevaron?
¡Gracias por tu visita!
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