Saludos cordiales mis Motherhood.
Todas las mamás gritamos alguna vez en nuestra vida, en estado de emoción al ver en rostro de nuestro pequeño bebé al nacer o simplemente al verlo darse las dos vueltas en la cama y experimentar su primera caída, aunque lo creíamos a salvo en el medio de la cama. Ese no me mueve de allí, es un bebé de pocas semanas. Mala decisión que toma uno a veces por confiarse.
El detalle es que a lo largo del crecimiento del niño y cuando va a tocar algo que no debe de la mesa como tus adornos preferidos, le gritamos.
Yo particularmente tengo mi propia teoría antes que gritar y si no quieres verlo roto: !quítalo, guárdalo! deja solo aquello que no pueda lastimar al niño y que no te sea algún recuerdo de alto valor. En algún descuido lo va a romper y le vas a gritar, es simplemente una reacción del momento. El va aprender a no tocarlo, solo dale tiempo y aprende a ser una buena mamá, sin tanto grito.
La cocina es el peor lugar para estar un niño, desde atravesarse cuando llevas una olla de agua caliente, hasta tomar objetos peligrosos para el y por supuesto allí viene el grito de alarma. No es que los gritos sean malos, sin duda alguna son oportunos y necesarios. Debemos llegar al momento en que con palabras el niño entienda que es lo que queremos de él.
Yo era de pocos gritos en verdad, simplemente no me gustan, pero no estuve exentos de ellos ante situaciones de caos y peligro. Son una reacción natural a un momento en que gritar esta más cerca que apartarlo del peligro.
Me gustaba más explicarles con palabras sencillas alguna situación, yo sabía que en algún momento ellos la entenderían.
Me atormentaba una vecina de la cuadra que le gritaba mucho a sus dos hijos, imagínense que todos los enterábamos de lo que pasaba en esa casa por los gritos. Todavía mis hijos la recuerdan, no por su nombre; sino por la gritona de la calle. Aunque sus hijos salieron bastante bien al crecer, pero también son gritones a sus hijos. Una imitación que sucede con bastante frecuencia.
Una de las situaciones que se vuelven más difíciles de controlar es el llamado a realizar las tareas y a bañarse. Llegamos al extremo no tanto de gritar sino a utilizar el nombre completo con sus dos apellidos del niño. Allí en ese punto, él sabe que estamos al limite de borde de la paciencia. Y no vamos a esperar un minuto más de darle largas al asunto.
Sólo el tiempo nos enseña a negociar con los hijos: tu haces ésto y obtendrás éste premio. Eso evita muchos gritos a futuro.
ENGLISH VERSION (click here!)
Mom don't scream
Best regards my Motherhood.
All mothers scream at some point in our lives, in a state of excitement when we see our little baby's face at birth or simply when we see him turn around in bed twice and experience his first fall, even though we thought he was safe in the middle of the night. bed. That doesn't move me from there, he's a few weeks old baby. Bad decision that one makes sometimes because of trust.
The detail is that throughout the child's growth and when he is going to touch something that shouldn't be on the table like your favorite decorations, we yell at him.
I particularly have my own theory before shouting and if you don't want to see it broken: remove it, keep it! Leave only what cannot hurt the child and is not a high-value memory. In some carelessness he is going to break it and you are going to yell at him, it is simply a reaction of the moment. He will learn not to touch him, just give him time and learn to be a good mother, without so much yelling.
The kitchen is the worst place for a child to be, from stepping when you carry a pot of hot water, to picking up objects that are dangerous to them, and of course there comes the cry of alarm. It's not that shouting is bad, it is certainly timely and necessary. We must reach the moment when with words the child understands what we want from him.
I really wasn't one to shout, I just don't like them, but I wasn't exempt from them in situations of chaos and danger. They are a natural reaction to a moment when screaming is closer than removing him from danger.
I liked better to explain a situation to them in simple words, I knew that at some point they would understand it.
I was tormented by a neighbor on the block who yelled a lot at her two children. Imagine that we all found out what was happening in that house through the screams. My children still remember her, not by her name; but for the screamer in the street. Although their children turned out quite well growing up, but they are also yellers at their children. An imitation that happens quite frequently.
One of the situations that become more difficult to control is the call to do chores and take a bath. We went to the extreme not so much of shouting but of using the child's full name with both surnames. There at that point, he knows we are at the edge of patience. And we are not going to wait another minute to delay the matter.
Only time teaches us to negotiate with children: you do this and you will get this reward. That avoids a lot of shouting in the future.
Movíl realme 5 pro
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