Buscando la ciudad de Narak
Lara y Marcos tomaron sus binoculares, parados sobre una meseta, miraron el panorama que tenían por delante. No esperaban que aquella aventura fuera tan fácil, algo les decía que esta vez todo iba a cambiar.
El mapache se había detenido, ellos sabían que el viejo hechicero lo había entrenado muy bien con sus artes mágicas. Ellos lograron burlar con artimañas al viejo y así apoderarse de aquel valioso animal y del mapa que necesitaban para llegar.
El animal parecía decir: ahí está Narak, la Ciudad perdida.
—Creo que quiere decirnos algo más, — dijo Marcos.
El mapache saltaba y abría su boca con desmesura y resoplaba con fuerza.
—¡Escucha Lara! Parece ruido de agua, ¡es un río! Eso no estaba en el mapa.
Se acercaron al río y vieron el gran caudal que tenía.
—Necesitaremos una balsa para cruzarlo.
El mapache quiso advertirles de algo más, pero no lo atendieron. Era que aquel río estaba infectado de cocodrilos gigantes, en medio de este ajetreo, el mapache aprovechó para huir.
Caía la tarde cuando echaron la balsa al agua. Unos ojos amarillos empezaron a aparecer en la superficie.
—¡Son cocodrilos, Marcos! ¡Son los guardianes y vienen por nosotros!
El brillo de sus escamas golpeaba su visibilidad, ellos sacaron las espadas para defenderse, la balsa se tambaleaba y se llenaba de agua. Algunos cocodrilos lograron morder las lianas que sujetaban la balsa y la partieron en dos. Lara y Marcos quedaron separados y a merced de los cocodrilos que arremetían con fuerza, Lara logró llegar a la orilla, pero se dio cuenta de que estaba herida en una pierna.
Marcos ya no podía verla, él se encontraba al otro lado del río, donde también había podido llegar. Gritaban con fuerza, pero ninguno de los dos se podía oír, el rugido de los cocodrilos y el ruido del agua lo apagaba todo.
Lara se arrastró por la selva buscando un lugar más seguro, encontró un árbol de ciruelas moradas, recordó que el hechicero les había dicho que esos eran frutos comestibles y que podían el poder de curar heridas. Agarró algunas y las comió y con las hojas se hizo un vendaje. Se sentía débil y asustada. No sabía dónde estaba Marcos y si había logrado escapar de los cocodrilos.
Marcos también buscó algo de comer en la selva, encontró unas ciruelas amarillas que se veían muy apetitosas, lo que él no sabía que esas frutas eran alucinógenas, así que se las comió sin pensarlo mucho. Empezó a sentirse mareado y a ver visiones extrañas, vio a Lara correr hacia él, le gritaba que había encontrado la Ciudad perdida de Narak, que había encontrado el tesoro.
Marcos agarró la mano de Lara y se dejó llevar, lo que él no sabía era que quien lo estaba agarrando eran unas criaturas sombrías, casi etéreas, y lo estaban llevando a una trampa mortal.
Cuando la noche se hizo más oscura, Lara decidió encender una fogata para calentarse y ahuyentar a los animales, se sentó junto al fuego esperando que Marcos también pudiera localizarla. Lo que vio venir fue algo muy diferente, una sombra enorme se recortó contra el cielo, era uno de los cocodrilos gigantes que había seguido su rastro, el animal abrió su enorme boca y lanzó un aliento caliente como una llamarada de fuego.
Lara se levantó de un salto y tomó su espada y esquivó el ataque, estaba dispuesta a luchar hasta el final. En ese instante, una flecha de fuego atravesó la noche y entró en el ojo del cocodrilo. Lara se giró y vio a Marcos que venía con un enano armado de una ballesta.
—¡Lara te he encontrado, —gritó Marcos y Lara corrió hacia él y lo abrazó, le preguntó cómo había escapado de los cocodrilos, Marcos le contó lo de las ciruelas amarillas y cómo lo habían hecho alucinar y cómo los seres de la oscuridad lo habían engañado.
—Gracias a este amigo pude escapar.
—¿Quién es él?
—Es un guerrero protector de la ciudad de Narak, él me ayudó, pero con la condición de alejarnos y no regresar jamás y no contar a nadie de su existencia. La protección de la ciudad se basa en el olvido. Yo acepté si me ayudaba a encontrarte.
Lara miró al hombre pequeño agradeciéndole con una sonrisa, luego él se fue esfumando y solo quedaron ellos solos en medio de la noche. Lara también le contó de sus heridas y cómo habían desaparecido cuando comió las ciruelas.
—Ahora estamos juntos de nuevo Lara. Lo mejor que podemos hacer es irnos. ¡Mira! El guerrero me regaló esta daga de luz para que nos guíe, volveremos a la ciudad de Rondel, le devolveremos el mapa al hechicero.
—¿y el mapache?
—No te preocupes, él nos encontrará, lo importante ahora es que estamos juntos de nuevo.
Searching for the city of Narak
Lara and Marcos took their binoculars, standing on a plateau, they looked at the panorama ahead of them. They did not expect this adventure to be so easy, something told them that this time everything was going to change.
The raccoon had stopped; they knew that the old wizard had trained it very well with his magical arts. They managed to outwit the old man with trickery and thus seize that valuable animal and the map they needed to get there.
The animal seemed to say: there is Narak, the Lost City.
—I think it wants to tell us something else," said Marcos.
The raccoon jumped and opened its mouth wide and snorted loudly.
—Listen, Lara! It sounds like the sound of water, it's a river! That it was not on the map.
They approached the river and saw the great flow it had.
—We will need a raft to cross it.
The raccoon wanted to warn them of something else, but they did not listen to him. It was that the river was infested with giant crocodiles, in the middle of this hustle and bustle, the raccoon took the opportunity to flee.
It was late afternoon when they threw the raft into the water. Yellow eyes began to appear on the surface.
—They are crocodiles Marcos! They are the guardians, and they are coming for us!
The glow of their scales struck their visibility, they drew their swords to defend themselves, the raft lurched and filled with water. Some crocodiles managed to bite the vines that held the raft and split it in two. Lara and Marcos were separated and at the mercy of the crocodiles that lashed out with force, Lara managed to reach the shore, but realized that she was wounded in one leg.
Marcos could no longer see her, he was on the other side of the river, where he had also been able to reach. They screamed loudly, but neither of them could hear each other, the roar of the crocodiles and the noise of the water muffled everything.
Lara crawled through the jungle looking for a safer place, she found a purple plum tree, she remembered that the wizard had told them that those were edible fruits and that they had the power to heal wounds. She grabbed some and ate them and made a bandage with the leaves. She felt weak and scared. She did not know where Marcos was and if he had managed to escape from the crocodiles.
Marcos also looked for something to eat in the jungle, he found some yellow plums that looked very appetizing, but he did not know that these fruits were hallucinogenic, so he ate them without thinking much. He began to feel dizzy and to see strange visions, he saw Lara running towards him, she was shouting that she had found the Lost City of Narak, that she had found the treasure.
Mark grabbed Lara's hand and let himself be carried away, what he did not know was that who were grabbing him were shadowy creatures, almost ethereal and they were leading him into a deadly trap.
As the night grew darker, Lara decided to light a fire to warm herself and scare the animals away, she sat by the fire hoping that Marcos would also be able to locate her. What she saw coming was something very different, a huge shadow silhouetted against the sky, it was one of the giant crocodiles that had followed her trail, the animal opened its huge mouth and released a hot breath like a flare of fire.
Lara jumped up and took her sword and dodged the attack, she was ready to fight to the end. At that instant, an arrow of fire pierced the night and entered the crocodile's eye. Lara turned and saw Mark coming with a dwarf armed with a crossbow.
-Lara I have found you," shouted Marcos and Lara ran to him and hugged him and asked him how he had escaped from the crocodiles, Marcos told her about the yellow plums and how they had made him hallucinate and how the beings of darkness had deceived him.
—Thanks to this friend, I was able to escape.
—Who is he?
—He is a warrior protector of the city of Narak, he helped me, but with the condition to move away and never return and not to tell anyone of his existence. The protection of the city is based on oblivion. I accepted if he helped me to find you.
Lara looked at the small man, thanking him with a smile, then he vanished and only they were left alone in the middle of the night. Lara also told him about her wounds and how they had disappeared when she ate the plums.
—Now we are together again, Lara. The best thing to do is to leave. ¡Look! The warrior gave me this dagger of light to guide us, we will return to the city of Rondel, we will return the map to the wizard.
—And the raccoon?
—Don't worry, he will find us, the important thing now is that we are together again.
Imágenes creadas con la Inteligencia artificial #dream.ai de Wombo y editadas con PhotoScape.
Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)