El enigma fotográfico
Debo admitir que mi pasión es la fotografía. He podido costear con mucho esfuerzo una de las cámaras más caras que existen en el mercado. En un principio se trató de un hobby, pero ahora sé que quiero que se me reconozca profesionalmente en todo el mundo.
He podido viajar hacia todas partes. He recorrido varios lugares soñados, pero lo que más me fascinaba era poder visitar el puente de San Francisco. Imaginaba algún día llevarla a mi esposa, pero solo por esta vez iniciaría mi travesía por cuenta propia. Sin embargo, sentí que esta experiencia sería muy distinta a las otras.
Poniéndonos en contexto, he tenido algunos sueños bastante perturbadores. Situaciones en las que las personas de mi alrededor mueren de formas totalmente horrendas. Incluso entre ellas están mis familiares más cercanos. Pero, mi padre... Jamás pensé que terminaría de esa manera. Arrastrado por la gravedad hacia una caída imposible de escapar, hundiéndose en el fondo del mar, donde distintas criaturas degustarían por completo su anciano cuerpo.
¿Pero qué hay de cierto en todo esto? ¿Qué posibilidades hay de que algo de esta pesadilla se volviese realidad?
Son preguntas que me hice hasta que llegué aquí, probando que todo aquello visto en mis sueños solo sean producto de mi subconsciente, de mi imaginación, de la aparente crisis que estaba sosteniendo sobre mis hombros. No sabía si iba a triunfar como fotógrafo, pues había gastado un dineral poniendo en riesgo lo primordial. Mantener a mi familia.
Quizás esa haya sido la explicación a mis sueños, pero no quería que se convirtieran en una premonición. Señales de que algo sucederá tarde o temprano, y de forma inevitable.
Para asegurarme, llamé en primer lugar a mi padre para que evitara viajar a esa ciudad. Me respondió de manera espontánea con una serie de preguntas sin yo dar alguna respuesta.
Me avergonzaba demasiado pero más podía el hecho de poder evitar una posible tragedia. Me inquietaba en demasía, mi mente parecía exceder su capacidad de comprensión. Sentí que en cualquier momento algo malo iba a suceder. Mi rostro comenzaba a desesperarse, demostrando en él el sudor escurriéndose por mi frente.
Pero hubo una pregunta que me desestabilizó totalmente.
—¿Estás seguro que no estás hablando con tu padre muerto? —Escuché del otro lado.
En ese preciso momento fue que mi cuerpo cayó inconscientemente sobre el suelo de lo que sería la entrada a mi departamento. La gente empezaba a amontonarse y divisé entre esa multitud a mi madre una vez que recobré la consciencia. Me llevaron al hospital más cercano a recobrarme de ese colapso, en principio producido por el estrés.
Pensé que iba a estar allí por observación, aunque más tarde recibí una visita que no esperaba. Había llegado la policía a interrogarme sobre un caso confidencial. Mi madre se había quedado al otro lado de la puerta, mirando con temor a que yo hubiera hecho algo.
—¿Dónde estuvo el 21 de Febrero? Justo tres días antes de lo ocurrido.
—¿Puede demostrar que esa cámara fotográfica no es suya y que las fotografías no fueron tomadas por usted? —Preguntaba el detective como si estuviera insinuando algo.
La verdad era que no recordaba absolutamente nada como para poder responder a ello. La cámara fotográfica era la misma que estaba en aquella bolsa, también me mostró un ticket de un viaje que yo no reconozco haber hecho hacia esa ciudad.
Lo que más me terminó de alarmar fue que uno de los investigadores bajó las persianas de las ventanas y me mostró el contenido de la cámara. Había una serie de fotografías en las que aparecía explícitamente el suicidio de varias personas tirándose desde aquél puente, en el que estaba también mi padre, cayendo al vacío en su viejo Mercedes plateado.
No hubo registros sobre desaparecidos y mi padre parece haber sido encontrado sano y salvo en su casa de la ciudad de Atlanta. Los sujetos me continuaron indagando por media hora más hasta que se marcharon dejando la investigación en suspenso.
Ahora que lo recuerdo, el hombre que me vendió esa cámara parecía quererse desprender de ella. Y ahora tiene pleno sentido, pues la maldición de mis pesadillas aparecieron tras la compra a ese extraño sujeto de mirada oscura, allí en una galería de segunda mano.
The photographic enigma
I must admit that my passion is photography. I have been able to afford with a lot of effort one of the most expensive cameras on the market. At first it was a hobby, but now I know that I want to be recognized professionally all over the world.
I have been able to travel everywhere. I have traveled to many dreamed-of places, but what fascinated me most was being able to visit the San Francisco Bridge. I envisioned one day taking my wife with me, but just this once I would start my journey on my own. However, I felt that this experience would be very different from the others.
Putting it in context, I have had some pretty disturbing dreams. Situations where people around me die in utterly horrific ways. Even among them are my closest family members. But, my father... I never thought it would end that way. Dragged by gravity into an impossible-to-escape fall, sinking to the bottom of the sea, where various creatures would completely devour his old body.
But what is the truth in all this? What are the chances that any of this nightmare would come true?
These are questions I asked myself until I got here, proving that everything I saw in my dreams were only a product of my subconscious, of my imagination, of the apparent crisis I was holding on my shoulders. I didn't know if I was going to succeed as a photographer, since I had spent a lot of money putting at risk the most important thing. Providing for my family.
Maybe that was the explanation for my dreams, but I didn't want them to become a premonition. Signs that something would happen sooner or later, and inevitably.
To make sure, I first called my father to avoid traveling to that city. He answered me spontaneously with a series of questions without me giving any answer.
I was too embarrassed, but I was more ashamed to avoid a possible tragedy. It made me very uneasy, my mind seemed to exceed its capacity of comprehension. I felt that at any moment something bad was going to happen. My face was beginning to despair, showing on it the sweat trickling down my forehead.
But there was one question that totally unsettled me.
—Are you sure you're not talking to your dead father? —I heard from the other side.
It was at that precise moment that my body fell unconsciously on the floor of what would become the entrance to my apartment. People began to crowd around me and I spotted my mother in the crowd once I regained consciousness. I was taken to the nearest hospital to recover from that collapse, initially caused by stress.
I thought I was going to stay there for observation, but later I received a visit I was not expecting. The police had arrived to question me about a confidential case. My mother had stood on the other side of the door, looking fearful that I had done something.
—Where were you on February 21? Just three days before it happened.
—Can you prove that that camera is not yours and that the photographs were not taken by you? —Asked the detective as if he were insinuating something.
The truth was that he had absolutely no recollection to be able to answer that question. The camera was the same one that was in that bag, and he also showed me a ticket from a trip I don't recognize having made to that city.
What alarmed me the most was that one of the investigators lowered the window blinds and showed me the contents of the camera. There was a series of photographs that explicitly showed the suicide of several people throwing themselves off that bridge, where my father was also on it, falling into the void in his old silver Mercedes.
There were no missing persons records and my father appears to have been found safe and sound at his home in Atlanta. The guys continued to probe me for another half hour until they left, leaving the investigation in abeyance.
Now that I remember, the man who sold me that camera seemed to want to part with it. And now it makes perfect sense, as the curse of my nightmares appeared after the purchase from that strange dark-eyed guy, there in a second-hand gallery.
DeepL has been used for the translation from Spanish to English.
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