La nueva rebelión [ES/EN]

Español:

Es el año 2362 y la humanidad está a punto de desaparecer. La tierra se ha vuelto un caos y no existen señales de que algo o alguien pudiese evitar la total destrucción del mundo tal como lo conocimos.

El cielo ha sido cubierto por espesas nubes que derraman una sustancia ácida y nociva para el humano.

Es común ver pseudo-personas, porque ya no diferenciamos de si lo son, usando trajes de protección. Otros no correrán la misma suerte y portarán consigo sus heridas infligidas por lo que ya no es natural, otorgándole a ese ser un efímero aliento hasta encontrarse con la muerte.

La guerra nuclear ha sido la causante de tantas pérdidas devenidas por la locura de un alto mando que perdió los estribos sobre su misión sobre este mundo. Y claramente sucedería el efecto dominó, atormentando los pensamientos de sus semejantes y haciéndolos decidir en destiempo, de una forma errónea y desproporcionada para cualquier mortal.

Esto no ha sido el único causante del horror vivido por la población. Para ponernos en contexto, debemos ir al menos 50 años hacia atrás, justamente cuando sucedía una guerra, quizás la primera después de tanto tiempo. Lugar exacto en el que se decidió probar todo tipo de prototipos con el fin de analizar su funcionalidad. Y claramente, al mismo tiempo ayudaría a ganar esa lucha.

Hombres dotados de fuerza que eliminaban a su enemigo de una forma despiadada. Con más sentido cuando su recurso era usar unos exoesqueletos que potenciaban sus funciones físicas a su vez que les suministraban protección a todo tipo de armas. Quizás el único calibre que podría comprometer sus vidas, era la de un cañón.

Perder una batalla portando esa tecnología era algo potencialmente peligroso, pues de hallarse por el enemigo, no solamente sería para usarse en el campo de batalla sino también para estudiar la forma de mejorarla al punto de ser casi indestructibles.

La guerra se perdió y varios científicos se hicieron con los prototipos para estudiarlos y así incluirle todo tipo de mejoras y novedades. El avance que tendrían no sería visto sino hasta la nueva cruel realidad.

Después de más de 50 años los modelos tecnológicos quedaron a manos de los militares, quienes se volcaron a estar fuera de la ley, tomando todo tipo de caminos, entre ellos el comercio de armas y blindaje. Quién pudiese pagar tal suma de dinero, dispondría de un arquetipo original, quizás desfasado por el tiempo pero útil para replicarlo o adaptarlo.

Los planes para adaptarlos al humano eran realmente espantosos. Consistía en un exoesqueleto que debía ser ágil pero a su vez fuerte e impenetrable. También debía tener tecnología de auto-apuntado en sus ametralladoras equipadas en cada brazo.

No pareció suficiente como para decir que, quién pudiese portar eso consigo, sería invulnerable que a alguien se le ocurrió algo descabellado que pasaría de la ficción a la realidad. Una idea demasiada loca como para que funcione, aún así llevada a lo tangible sin saber sus consecuencias.

La idea que se tuvo de la inmortalidad fue algo que trascendió luego de la discusión sobre el ser invencible.

En primer lugar se pensó sobre la creación de un gen modificado que incrementaría las capacidades del ser humano. Pero luego se llevó a cabo un plan aún más siniestro. La tal llamada disociación del alma.

Un plan que aseguraba la supervivencia de quien portara un exoesqueleto bajo estas condiciones, pues no habría forma de morir.

Un plan al que muchos accederían con ideas inconclusas o algunas promesas que les cambiaría supuestamente la vida.

En ello fue que se reclutó a varios civiles que aceptaron un trato por unos cuantos dólares y dejaron a sus familiares en el olvido. Otros no tenían nada que perder y con justa causa aceptaron hacerlo.

Fue desde entonces que varios cuerpos yacían inertes sobre el asfalto de una calle. No hubieron muchos que lo lograron, pues el proceso era impredecible, por lo que habían quienes morían al instante y otros que sí completaban la migración de sus almas y se veían a sí mismos, con el horror de saber que arrepentirse ya era muy tarde.

Los más fuertes fueron quienes se hicieron de valentía atormentando nuevamente a una ciudad nocturna, donde las leyes ya se habían desaparecido y la razón de ser parecía ser solo una realidad distorsionada.

Claramente hubieron quienes no se dejaron influenciar por ellos y son justamente los que son más fuertes, más sabios, más temibles.

Esos sobrevivientes a la rebelión son los que podrían cambiar para bien, el destino de una nación como también del mundo.