Synopsis: A “concert movie” in the most refined cinematic look of The Eras Tour, one of the most acclaimed world tours this year and which was responsible for making Taylor Swift an even more famous (and rich) singer.
There is no doubt that trying to reinvent yourself within the music scene is something very complicated. Many musicians spend their lives searching for this in every possible way, and while some cannot, others seem to be able to do it in an almost fluid way. Taylor Swift is part of the second group, and even though I'm not a fan of her work, I need to recognize all the impact she has on the musical world due to all the changes in sound she's undergone. Always delivering something new, she surprises very well here in this project.
Over the course of almost three hours, the audience can follow a work worthy of admiration (in this case, I'm referring to those people who aren't really fans of who she is and what she does). Even though I'm not a fan, I confess that I was very impressed with the technical quality of the material. I got this ticket (because I wouldn't pay to watch it myself, haha!) and I confess that I had a lot of fun considering a proposal that I would previously classify as something very boring. The concert movie is very good, almost everywhere.
There is a diversity of angles where the cameras can favor this entire project too much. From the point of view of people who didn't have the opportunity to attend some of the tour's shows live, going to the theaters to see a great (and well-executed in almost all its context) compilation of Swift's greatest hits is considered a “privilege” for whoever is on the other side of the screen. Visually speaking (for a better understanding), it's almost like being in the front row of the event, being able to pay attention to small details that are more visible on the screen.
Even if a movie can’t reproduce the pleasure of watching a live concert, cinematically speaking and at the same time, musically as well, it is possible to define this project as a bold idea (although it doesn't bring anything that new) and that delivers a great present to the public (especially fans). The energy emanates very easily with a sequence of well-thought-out songs, which were purposely edited to capture the audience's attention in a “hypnotizing” way. The definition of visual quality is really the highlight, which is in its “details”.
A symbol on the instrument, a detail on the clothing, the public's excitement through a contemplative expression are just some of the details that the movie version manages to capture. In the midst of all this, the musical part is very strong, showing that Swift is navigating very well between country, folk, pop and that she still has no idea what she can do. There is no doubt that she is a multifaceted artist, but at the same time, she still has a lot to learn in terms of cinema. The project is good, but it has technical errors that are quite disappointing.
Excessive cuts (some of them are even too abrupt) minimize the impact of some performances. The edition tries to “compensate” for this flaw with more dynamism, but ends up making the same mistake repeatedly some of the time. This somewhat hinders the experience in the most complete musical context (because this is a concert, and therefore needs to deliver musical coherence) and in this specific aspect, a lot could have been improved. In any case, the mistakes don't take away from the shine of the complete project (which, by the way, is very colorful, vibrant and very energetic).
Sam Wrench doesn't do anything spectacular directing this project and everything about it lacks its own “identity”. Although he knew what he was doing, there is not much way to innovate within the proposal of a concert filmed and edited to be shown as a “movie”. However, as I mentioned previously, he managed to capture some very interesting angles that provide a very immersive view of the concert in its entirety (although logically, for obvious reasons, incomplete). Much of the success of what he does is due to Swift herself and her charisma.
If you are a fan, I recommend that you watch Taylor Swift: The Eras Tour in theaters if possible, because that must really be something very special for you, being able to see all of this through a movie screen (and seeing how much Swift is quite authentic), with a state-of-the-art sound system available. On the other hand, if you're not a fan, just go to the cinema if you win that ticket... After all, there's no shortage of movies to watch. Overall, it is a project designed, developed and made entirely for the fans (which does not prevent access to other audiences).
Sinopsis: Una “película de concierto” con el aspecto cinematográfico más refinado de The Eras Tour, una de las giras mundiales más aclamadas de este año y que fue responsable de hacer de Taylor Swift una cantante aún más famosa (y rica).
No cabe duda de que intentar reinventarse dentro del panorama musical es algo muy complicado. Muchos músicos se pasan la vida buscándolo de todas las formas posibles, y aunque algunos no pueden, otros parecen poder hacerlo de forma casi fluida. Taylor Swift es parte del segundo grupo, y aunque no soy fan de su trabajo, debo reconocer todo el impacto que tiene en el mundo musical debido a todos los cambios en el sonido que ha experimentado. Siempre aportando algo nuevo, sorprende muy bien aquí en este proyecto.
A lo largo de casi tres horas, el público podrá seguir una obra digna de admirar (en este caso me refiero a aquellas personas que no son realmente fans de quién es ella y de lo que hace). Aunque no soy un fan, confieso que quedé muy impresionado con la calidad técnica del material. Conseguí esta entrada (porque no pagaría por verla yo mismo, ¡jaja!) y confieso que me divertí mucho considerando una propuesta que antes catalogaría como algo muy aburrido. La película del concierto es muy buena, en casi todas partes.
Hay diversidad de ángulos donde las cámaras pueden favorecer demasiado todo este proyecto. Desde el punto de vista de las personas que no tuvieron la oportunidad de asistir en vivo a algunos de los shows de la gira, acudir a los cines para ver una gran (y bien ejecutada en casi todo su contexto) recopilación de los grandes éxitos de Swift se considera una “privilegio” para quien esté al otro lado de la pantalla. Visualmente hablando (para una mejor comprensión), es casi como estar en primera fila del evento, pudiendo prestar atención a pequeños detalles que son más visibles en la pantalla.
Aunque una película no puede reproducir el placer de ver un concierto en directo, cinematográficamente hablando y al mismo tiempo musicalmente también, se puede definir este proyecto como una idea audaz (aunque no aporta nada nuevo) y que ofrece un gran regalo al público (especialmente a los fans). La energía emana muy fácilmente con una secuencia de canciones bien pensadas, que fueron editadas deliberadamente para captar la atención del público de una manera “hipnotizante”. Realmente lo más destacado es la definición de calidad visual, que está en sus “detalles”.
Un símbolo en el instrumento, un detalle en la vestimenta, la emoción del público a través de una expresión contemplativa son sólo algunos de los detalles que la versión cinematográfica logra captar. En medio de todo esto, la parte musical es muy fuerte, demostrando que Swift navega muy bien entre el country, el folk, el pop y que aún no tiene idea de lo que puede hacer. No hay duda de que es una artista multifacética, pero al mismo tiempo todavía tiene mucho que aprender en cuanto a cine se refiere. El proyecto es bueno, pero tiene errores técnicos que decepcionan bastante.
Los recortes excesivos (algunos incluso demasiado bruscos) minimizan el impacto de algunas actuaciones. La edición intenta “compensar” este defecto con más dinamismo, pero acaba cometiendo el mismo error repetidas veces. Esto dificulta un poco la experiencia en el contexto musical más completo (porque se trata de un concierto y, por lo tanto, debe ofrecer coherencia musical) y en este aspecto específico se podría haber mejorado mucho. En cualquier caso, los errores no quitan brillo al proyecto completo (que, por cierto, es muy colorido, vibrante y muy enérgico).
Sam Wrench no hace nada espectacular al dirigir este proyecto y todo en él carece de “identidad” propia. Si bien sabía lo que hacía, no hay mucha manera de innovar dentro de la propuesta de un concierto filmado y editado para ser mostrado como una “película”. Sin embargo, como comenté anteriormente, logró capturar algunos ángulos muy interesantes que brindan una visión muy inmersiva del concierto en su totalidad (aunque lógicamente, por razones obvias, incompleta). Gran parte del éxito de lo que hace se debe a la propia Swift y su carisma.
Si eres fan, te recomiendo que veas Taylor Swift: The Eras Tour en cines si es posible, porque realmente debe ser algo muy especial para ti, poder ver todo esto a través de una pantalla de cine (y ver cuánto Swift es bastante auténtico), con un sistema de sonido de última generación disponible. En cambio, si no eres fanático, ve al cine si ganas esa entrada... Al fin y al cabo, no faltan películas para ver. En definitiva, es un proyecto pensado, desarrollado y realizado íntegramente para los fans (lo que no impide el acceso a otros públicos).
Sinopse: Um “filme concerto” no mais refinado visual cinematográfico da The Eras Tour, uma das turnês mundiais mais aclamadas deste ano e que foi responsável por tornar Taylor Swift em uma cantora ainda mais famosa (e rica).
Não há dúvidas que tentar se reinventar dentro do cenário musical é algo muito complicado. Muitos musicistas passam à vida buscando por isso de todas as maneiras possíveis, e quanto alguns não conseguem, outros parecem conseguir fazer isso de uma maneira quase que fluida. Taylor Swift faz parte do segundo grupo, e mesmo eu não sendo um fã do trabalho dela, eu preciso reconhecer todo esse impacto que ela causa dentro do mundo musical por todas as mudanças de sonoridades a qual ela já se submeteu. Entregando sempre algo novo, ela surpreende muito bem aqui neste projeto.
Ao longo de quase três horas de duração, o público pode acompanhar aqui um trabalho digno de admiração (neste caso, eu me refiro aquelas pessoas que realmente não fãs do quem ela é e do que ela faz). Mesmo eu não sendo fã, eu confesso que eu fiquei muito impressionado com a qualidade técnica do material. Eu ganhei esse ingresso (porque eu mesmo não pagaria para tê-lo assistido, haha!) e confesso que me diverti muito considerando uma proposta que eu anteriormente classificaria como algo muito enfadonho. O filme concerto é muito bom, por todos quase todos os lados.
Há uma diversidade de ângulos onde as câmeras conseguem favorecer demais todo esse projeto. Pelo ponto de vista das pessoas que não tiveram a oportunidade de assistir a alguns dos shows da turnê ao vivo, ir até os cinemas para ver uma grande (e bem executada em quase todo o seu contexto) compilação dos grandes sucessos de Swift é considerado um “privilégio” para quem está do outro lado da tela. Visualmente falando (para uma melhor compreensão), é quase como estar na primeira fileira do evento, podendo prestar atenção em pequenos detalhes que na tela são mais visíveis.
Mesmo que um filme não consiga reproduzir o prazer que é assistir um concerto ao vivo, cinematograficamente falando e ao mesmo tempo, musicalmente também, é possível definir este projeto como uma ideia ousada (embora não traga nada de tão novo) e que entrega um ótimo presente ao público (em especial, os fãs). A energia emana muito fácil com uma sequência de músicas bem pensadas, e que foram propositalmente editadas para fisgar à atenção do público de uma maneira “hipnotizante”. A definição de qualidade visual é mesmo o grande destaque, que está em seus “detalhes”.
Um símbolo no instrumento, um detalhe na roupa, a empolgação do público através de um semblante contemplativo são apenas alguns desses detalhes que a versão cinematográfica consegue captar. No meio disso tudo, a parte musical é muito forte, mostrando que Swift anda navegando muito bem entre o country, o folk, o pop e no que ainda ela nem tem ideia do que pode fazer. Não há dúvidas de que ela é uma artista multifacetada, mas ao mesmo tempo, ainda tem muito o que aprender em termos de cinema. O projeto é bom, mas tem erros técnicos bem bastante decepcionantes.
Cortes excessivos (alguns deles são até abruptos demais) minimizam o impacto de algumas performances. A edição tenta “compensar” essa falha com mais dinamismo, mas acaba cometendo o mesmo erro repetidamente algumas das vezes. Isso atrapalha um pouco a experiência no contexto musical mais completo (até porque isso é um concerto, e de tal forma precisa entregar coerência musical) e nesse aspecto específico, muita coisa poderia ter sido melhorada. De qualquer forma, os erros não tiram o brilho do projeto completo (que aliás, é bem colorido, vibrante e bem energético).
Sam Wrench não faz nada de espetacular dirigindo esse projeto e tudo nele é carente de uma “identidade” mais própria. Embora ele soubesse o que estava fazendo, não há muito como inovar dentro da proposta de um concerto filmado e editado para se exibido como um “filme”. No entanto, como eu já mencionei anteriormente, ele conseguiu captar alguns ângulos bem interessantes e que trazem uma visão bem imersiva do concerto em sua plenitude (ainda que logicamente, por razões óbvias, incompleta). Muito do sucesso do que ele faz se deve a própria Swift e seu carisma.
Se você é um fã, eu recomendo que você assista Taylor Swift: The Eras Tour nos cinemas se possível, porque isso deve realmente ser algo muito especial para você, poder ver tudo isso através de uma tela de cinema (e constatar o quanto Swift é bastante autêntica), com um sistema de som com à ultimação geração disponível. Por outro lado, se você não for um fã, apenas vá ao cinema se ganhar esse ingresso... Afinal, o que não faltam são filmes para serem assistidos. No geral, é um projeto pensado, desenvolvido e feito totalmente para os fãs (o que não impede o acesso a outros públicos).