Determined to commit his feat, he climbed down the trunk, clinging to the rough bark with his skillful fingers, resembling a sloth. Now, at ground level, he began to glide through the dense ferns, gauging with his keen vision, the position and distance of the feline.
He had to take into consideration many factors in order not to be discovered, being camouflage, noise and smell his main problems.
The young man had never hunted alone before, but his older brother had taught him to mimic the environment and take advantage of it. In the humidity of that jungle, the constant smell of moss and cataleyas, could attenuate his scent of sweat and mud. The tall green leaves covered him like a magical protective cloak. And the carpet of rotten, soft leaves, scattered in an ocean of silty silt, attenuated his already light steps.
He was close to the jaguar, almost at a perfect angle to pierce its sternum. The otorongo followed the peccary's movements with a fixed gaze, it seemed ready to pounce, its graceful body was tensed and its hind legs had adopted the characteristic inclination with which carnivores race to reach their feast.
The inexperienced hunter felt that time was running out. He hastily took a false step and a leaf rustled faintly, but it was disruptive enough to make the feline turn and see a larger prey, but at the same time slower and weaker than a peccary.
The fierce beast threw itself at the young man in the blink of an eye like a bolide speckled with black and yellow sparks. He wanted to thrust the spear at it, but it slipped from his fingers. He covered his face with both arms and screamed in fear, waiting for his tragic end.
He heard the sound of thunder crashing through the trees, a noise he had heard a few times as a child, but which he could still evoke in a blur of memories that faded with time like a morning mist.
His older brother had told him that the sound had taken away his parents and grandparents, and almost half the women in his village.
He heard screams and voices in a language he didn't understand. As he was about to lower his arms and see what was happening, he felt that he was being held tightly by the limbs and carried away. The appearance of his captors was strange, they wore long clothes that covered almost all of their white skins. Their hair was short and hair was growing around their mouths, he screamed more frightened than before but his screams became an infinite echo in the vastness of the jungle.
The peccary watched from his hiding place as the Rubber Barons took the poor wretch away in a metal cage.
This is my entry in the [Continua... la historia] contest (https://peakd.com/hive-161155/@freewritehouse/continua-la-historia-9-de-abril-de-2022) organized by @freewritehouse I invite @e0ghan and @cethzalez to participate.
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Decidido a cometer su proeza, bajó por el tronco aferrándose a la áspera corteza con sus habilidosos dedos, asemejándose a un perezoso. Ya, a ras del suelo, empezó a deslizarse entre los tupidos helechos, midiendo con su aguda visión, la posición y distancia del felino.
Tenia que tener en consideración muchos factores para no ser descubierto, siendo el camuflaje, el ruido y el olor sus principales problems.
El joven nunca antes había cazado solo, pero su hermano mayor le había enseñado a mimetizarse con el entorno y sacar provecho del mismo. En la humedad de aquella jungla, el constante olor a musgo y cataleyas, podía atenuar su aroma a sudor y fango. Las verdes y altas hojas le cubrían como un mágico manto protector. Y la alfombra de podridas y blandas hojas, esparcidas en un océano de limo sedimentoso, atenuaban sus, ya de por si, ligeros pasos.
Estaba cerca del jaguar, casi en un ángulo perfecto para horadarle el esternón. El otorongo seguía con la mirada fija los movimientos del pecarí, parecía listo para abalanzarse, su grácil cuerpo estaba tensado y sus patas traseras habían adoptado la característica inclinación con la que los carnívoros emprendían una carrera para alcanzar su festín.
El inexperto cazador, sentía que se le acababa el tiempo. Presuroso dio un paso en falso y una hoja crujió débilmente, pero fue lo suficientemente disruptiva para hacer girar al felino y ver a una presa más grande, pero a su vez más lenta y débil que un pecarí.
La fiera se arrojó en un pestañear contra el joven como un bólido moteado de chispas negras y amarillas. Este quiso clavarle la lanza, pero se le resbaló de los dedos. Se cubrió el rostro con ambos brazos y gritó asustado, esperando su trágico final.
Escuchó el sonido como de un trueno azotando los arboles, un ruido que había escuchado algunas veces de pequeño, pero que aun podía evocar entre borrosos recuerdos que se diluían con el tiempo como una neblina matinal.
Su hermano mayor le había dicho que ese sonido se había llevado a sus padres y a sus abuelos, y a casi la mitad de las mujeres de su aldea.
Escuchaba gritos y voces en una lengua que no comprendía. Cuando iba a bajar los brazos y ver que pasaba, sintió que lo sujetaban con fuerza de las extremidades y lo llevaban cargando. El aspecto de sus captores era extraño, vestían ropas largas que cubrían casi la totalidad de sus blancas pieles. Tenían el cabello corto y les salía cabello alrededor de la boca, gritó más asustado que antes pero sus alaridos se volvieron un eco infinito en la bastedad de la selva.
El pecarí miró desde su escondite como los Barones del Caucho se llevaban en una jaula metálica al pobre infeliz.
Esta es mi participación en el concurso [Continua... la historia](https://peakd.com/hive-161155/@freewritehouse/continua-la-historia-9-de-abril-de-2022) organizado por @freewritehouse Invito a participar a @e0ghan y @cethzalez
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