Mi entrada al Concurso TopFiveFamily Observa Piensa Escribe. Costumbres en mi familia

Una de las primeras costumbres familiares eran los 1 de enero de cada año, donde se preparaba un sancocho, lleno de bastantes verduras, entre ellas apio, ocumo, auyama (calabaza), maíz, papa, zanahoria y otras, además de las presas de carne y pollo que se le anexaba.

Esta tradición, la verdad desconozco desde cuando comenzó, solo sé que desde pequeña se había estado realizando. Además, este sancocho se preparaba, no solo para bajar el ratón del 31, también era para pasar un día agradable celebrando el cumpleaños de unas de mis tías y que el mismo alcanzaba para tantas personas que se reunían. Mi prima siempre era la encargada de hacerlo, puesto que heredó la sazón de mi abuela (según una tía y mi mamá). Uno de mis tío siempre esperaba el final de esta sopa, porque según era la parte de mejor sabor.

Lamentablemente, como muchos familiares emigraron a otro país o ya no está físicamente, la tradición se ha ido perdiendo, agregando que muchos de mis primos tienen ya familia formada y prefieren hacer las cosas apartes, la verdad los que mantenían unida prácticamente esa tradición eran los mayores que, ya casi no quedan. Pero, es agradable recordar esos momentos y los sabores que quedan impregnados en la memoria.

Otra de las tradiciones y que sigue vigente, es la sopa de cada 14 enero que mis tíos-vecinos preparan, como promesa a la Virgen Divina Pastora. Esto nace, porque mi tío no puede caminar la procesión, razón por la que se propone hacer dos ollas grandes de sopa todos los años para esa fecha, dando a cada quien que llegara de la caminata, por ende siempre es seguro la barriguita llena los 14 además de recargar las energías.

Sin duda alguna, la sopa ha sido símbolo de abundancia y compartir, y como dice mi tío, puedes tener pollo y carne, pero sin una buena cantidad de verduras no es sopa, puesto que es lo que da sabor a todo, incluso sin las proteína, con una buena sazón, no son necesarias.