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Dealing with grief and loss can be an emotional journey that shakes us to the core of our being. The feelings of emptiness, distress, powerlessness, and hopelessness can engulf us and make us feel like there is no end to the pain. It is a universal feeling regardless of what triggers it: a loss of a loved one, the end of a relationship, migration, the collapse of a business, etc. In these cases, sadness becomes a constant companion through the rollercoaster of emotions we go through.
Learning to cope with grief involves having compassion for oneself and seeking support even when it is difficult. Sharing our emotions, memories, and thoughts can alleviate the burden we carry in our hearts.
It is not an easy process, especially in the midst of the whirlwind of feelings being experienced. However, while it is a unique process for each individual, we should never seek to harm others, as love or healing do not follow that path.
Feeling lost or defeated is natural, but it is time to allow ourselves to explore ourselves without set deadlines. This, along with the gradual acceptance of the new reality, are vital steps on the path to recovery. Recognizing that life has changed and that we must find ways to move forward without forgetting what we lost is a transformative challenge. Just as important is learning to set boundaries and acknowledge our mistakes. Often, the hardest part is not making the right decision to let go of something we love, but to sustain it. It is an ongoing process; it is not about forgetting, but not allowing it to hinder us from continuing to live.
Lidiar con el duelo y la pérdida puede ser un viaje emocional que nos sacude hasta lo más profundo de nuestro ser. La sensación de vacío, angustia, impotencia y desesperanza puede envolvernos y hacernos sentir como si no hubiera un fin para el dolor. Es una sensación universal independientemente del hecho que lo detone: una pérdida de un ser querido, el fin de una relación, la migración, el derrumbe de un negocio, etc. En estos casos la tristeza se convierte en compañera constante a través de la montaña rusa de emociones que atravesamos.
Aprender a sobrellevar el duelo implica tener compasión por uno mismo y buscar apoyo aunque nos sea difícil. Compartir nuestras emociones, recuerdos y pensamientos puede aliviar el peso que llevamos en el corazón.
No es un proceso fácil, sobre todo en medio del torbellino de sentimientos que se experimentan. Eso sí, si bien es un proceso único para cada individuo nunca debemos buscar hacer daños a otros, el amor o la sanación no van por ese camino.
Es natural sentirse perdido o fracasado, pero es momento de permitirnos explorarnos a nosotros mismos sin plazos definidos. Esto y la aceptación gradual de la nueva realidad son pasos vitales en el camino hacia la recuperación. Reconocer que la vida ha cambiado y que debemos encontrar maneras de seguir adelante sin olvidar lo que perdimos es un desafío transformador. Como lo es, también, aprender a poner límites y reconocer nuestros errores. Muchas veces lo más difícil no es tomar la decisión correcta de dejar ir algo que amamos, es mantenerla. Es un proceso que no acaba, no se trata de olvidar, sino de no permitir que nos impida seguir viviendo.
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