El día de ayer fue un día distinto, especialmente me encontré con mi mamá para ayudarla con algunas cosas del teléfono inteligente que ella aun no maneja y se está adaptando a las nuevas tecnologías.
Como pensé que tal vez tardaríamos más me fui vestida deportiva de una vez para cuando se hiciera el final de la tarde ir a correr, pero para lo sorpresa ya a las 3:30 pm nos desocupamos y mi mama debía irse a casa porque ya había caminado mucho en el día.
ENTRENAMIENTO
El sol estaba en su mejor momento del día, super brillante y caliente, sin embargo me dije, ¡Erika, no esperes más! Tu puedes con eso y más.
Fue duro comenzar a correr con el sol así, y donde comenzar era como 2 kilómetros en subida, por mi cabeza paso en pararme, sin embargo después llego una parte plana y pude recuperarme un poco de la subída y el calor que me llevaba exhausta.
El sol fue ocultandose más rápido de lo normal y oscurecía cuando ya llevaba casi 6 kilómetros unas gotas de lluvia amenazaron mi carrera pero no me pare porque era solo unas góticas qué cesaron, pero al faltarme 500 metros para terminar los 7 kilómetros, comenzó una lluvia muy fuerte.
No se cuanto tiempo llevaba sin llover, pero es la primera lluvia del año, la cual abre la temporada de invierno vienen meses de lluvia.
Se preguntaran si pare de correr, pues no fue el momento más feliz venía muy acalorada y sentir esa lluvia fue un momento muy refrescante, y pues igual ya estaba empapada de sudor, abri mis manos y disfrute de la lluvia corriendo hasta que el reloj aviso la distancia de 7 kilómetros.
Al parar hice mis estiramientos y no me moje más sin embargo disfrute ver como caía la lluvia y limpiaba las calles después de tanta temporada de calor.
Correr nos regala momentos únicos. Sigamos sumando kilómetros
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